martes, agosto 17, 2010

El hombre que no necesita dinero

Boyle vive en un remolque que permutó. Es un economista británico que pasó los últimos 18 meses viviendo sin dinero, y que lanzó un libro en junio contando su experiencia (The Moneyless Man o El Hombre sin Dinero, en traducción libre), donde dice que nunca fue tan feliz ni tan saludable. Mark Boyle comenzó su experimento en noviembre de 2008, con 29 años, y con el objetivo de llamar la atención ante el exceso de consumo y desperdicio de la sociedad occidental. Su historia comenzó cuando se mudó a un remolque que ganó en el website británico Freecycle y pasó a trabajar tres días por semana en un campo, a cambio de poder estacional su remolque en un espacio del campo, el que le sirve de subsistencia. 18 meses después afirma que piensa en volver a usar dinero y que, con lo que ganará por la venta del libro, pretende comprar un terreno para montar una comunidad para otras personas que quieran vivir sin dinero. “Ha sido el año más feliz de mi vida", dice Boyle, "y no veo ningún motivo para volver al mundo orientado por el dinero.
Fue liberador. Hay desafíos, pero no tengo el stress de una cuenta bancaria, pagar cuentas, congestiones vehiculares y largos horarios en un trabajo que no me gusta. La parte más difícil fue mantener una vida social sin dinero, per aún así ha sido fantástico" Boyle continúa viviendo en el remolque en Timsbury, al sureste de Inglaterra, donde cocina (en un fogón de lata a leña) lo que logra recolectar en el campo, junto con algunas legumbres y hortalizas que sembró para su consumo. También se construyó un baño séptico. Para tener electricidad, Boyle usa paneles solares. La ducha también funciona con la energía del sol.
Boyle tiene acceso a Internet WiFi a cambio de trabajos que realiza en el mismo campo donde vive, y creó el sitio Just For The Love Of It, donde promueve el trueque de servicios y el préstamos de objetos y herramientas entre sus miembros, simplemente por bondad. Su idea es que las personas puedan confiar más unas en otras y comiences a ayudarse con el intercambio de favores.
Al comenzar con esta experiencia, Boyle dice creer que "la falta de relación que tenemos de lo que consumimos es la primera causa de la cultura del desperdicio en la que vivimos hoy. Si tuviésemos que plantar nuestra propia comida, no desperdiciaríamos nada de ella". Su mensaje es "consuma un poco menos". “No espero que las personas vayan al extremo de lo que hice este año, pero tenemos cosas que son puntos sin retorno, como el cambio climático. Creo que tenemos que tomar demasiado en serio esas cosas... entonces, use menos recursos, use menos dinero y haga más comunidad. Ese es el mensaje que dejaría”

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