lunes, agosto 23, 2010

¡Viven!

Ayer terminaron 17 días de dolor, sufrimiento y congoja para las familias de los mineros que quedaron atrapados en la mina San José. Y es que saber que todos continúan con vida, devolvió la vida también a cada uno de ellos.

Pese a la alegría de la noticia, me genera impotencia la falta de pudor de miles de chilenos frente a temas tan delicados como la vida o la muerte. Creo que mi distancia del país me hace tener una visión diferente, tal vez más crítica frente al tema. Y es que no estoy viendo ningún noticiero donde muestren despachos en directo, no veo publicidad que hable de los mineros (que seguramente alguna casa comercial usará para continuar avivando el maldito cáncer del consumismo), no es el tema del día a día en mis conversaciones, y donde finalmente, si no hablas del tema, no eres considerado un cerdo individualista.

Pero digamos las cosas como son. Los medios de comunicación saben de manipulación de masas. Los medios han controlado (y seguirán haciéndolo) la mente de las personas que se emocionan con las imágenes de la madre con la foto del minero en la mano, los hijos que dibujan a sus padres saliendo de la mina o de la esposa embarazada que sostiene un cartel que seguramente dirá "Fuerza papito, te quiero conocer"... como si los mineros pudieran ver por TV esos mensajes.

Y no digo que sea malo. Para nada. Cada familia tendrá el momento para abrazarse, para besarse, para entregarse dibujos y todo lo demás, pero, como en todos los casos de impacto social, los canales de TV, periódicos y demases sofocan con esas cosas para sensibilizar, sólo por unos minutos, al pueblo.

Pero, ¿hacemos algo más que emocionarnos frente a nuestro LCD por las desgarradoras imágenes que vemos?, ¿Nos desgarramos verdaderamente el alma por anhelar el bienestar de los mineros?, ¿Y qué de los pescadores artesanales, los buzos mariscadores, las temporeras o cualquier otro trabajo duro y difícil?

Al mismo tiempo que me emocionaba de saber que los 33 mineros estaban con vida, pensaba en lo voyerista que he sido al buscar el video donde los mineros se asomaban como niños a la cámara. Voyerista simplón y parte de una masa que no nos preocupamos por erradicar el abuso patronal hacia el obrero, hacia el trabajador que, por unos dólares más (centavos para el obrero) arriesga su vida.

El año pasado murieron 443 trabajadores. Sólo este año, entre enero y marzo ya teníamos una suma de 155 trabajadores muertos y nadie hizo romerías, ni la TV transmitió en vivo, ni el ministro de minería (ahora un casi héroe y potencial candidato de la alianza para el 2014) habló de querer abrazar a los otros mineros muertos, ni menos la presidenta saliente o el actual Señor Corales... nadie hace lo que se debe hacer: respetar los derechos fundamentales de las personas.

El artículo 23 de la declaración universal de los Derechos Humanos dice que "Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo. También que toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses" Y es esto lo que no veo en la mayoría de las empresas de Chile, porque los empresarios siempre quieren la mayor parte de la torta para ellos. EQUIDAD SEÑORES... EQUIDAD.

Más de alguno que lee dirá "Pero Jano, los empresarios tienen lo que tienen por su esfuerzo, constancia y trabajo". Ok. ¿Eso les entrega el derecho de arriesgar la vida de los menos afortunados al no acceder a la educación o porque son menos esforzados que ellos? Creo que nadie merece arriesgar su vida por ganar lo básico para vivir. Y no lo digo yo, sino la Palabra de Dios, en la cual creo. Eclesiastés 3:13 dice "...también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor". Lucas 10:7 dice "...porque el obrero es digno de su salario". 1 Timoreo 5:18 vuelve a recalcar que "Digno es el obrero de su salario". Y para terminar de recontra recalcar, 1a Corintios 3:8 dice "...cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor". Entonces me pregunto, ¿se merecían los 33 mineros, por el tipo de trabajo que realizan y por no haber sido ellos mismos empresarios, poner sus vidas en riesgo sólo para enriquecer al patrón?

En la industria del salmón, 58 buzos mariscadores han muerto en los últimos 3 años por ganar el sustento básico para sus familias. Pero como la TV no transmitió en directo, ni el presidente buceó para sacar uno de los cuerpos, no es noticia y a nadie le importa. A nadie.

Y sé que muchos se indignarán con mi comentario. Sinceramente yo también estoy indignado, pero con las condiciones de trabajo deplorables de miles de trabajadores de mi país. Eso sí me indigna. Me indigna los sueldos paupérrimos y las absurdas jornadas de trabajo. Eso me indigna. Me indigna la pérdida de vidas por culpa del capitalismo. Eso me indigna. Me indigna que no haya dignidad.

De regalo para los obreros de mi país, "Torque - Tollarto" (http://www.youtube.com/watch?v=KfwfNgFszHY)

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