viernes, mayo 07, 2010

La prostituta que nos esperaba

"Los estábamos esperando" dijo esa prostituta a uno de los jóvenes de la iglesia. Esta afirmación podría causar escándalo, disciplina e incluso manifestar un distanciamiento de la fe, pero me llenó de orgullo.
Calma. Les explico.

El viernes pasado, día internacional de la mujer, algunas personas de Capital Augusta salieron a distribuir flores para las prostitutas de la calle Augusta, Sao Paulo, Brasil. Hace algún tiempo estas personas están estableciendo contacto con esas chicas, especialmente para los días festivos, como el día de las madres, por ejemplo.

El simple hecho de que ellas sepan que probablemente recibirían esa visita, y de verdad que tenían esa expectativa se ser visitadas no solamente por personas dispuestas a pagar por un momento de sexo con ellas, sino también por quienes están interesados en recordarles que son mujeres y merecen respeto, cariño y el homenaje que la fecha propone hacer, ya es un marco para mí.

Desde que comenzó esta pequeña comunidad hace 3 años, ese siempre fue su objetivo: establecer un relacionamiento honesto con todas las personas y tribus presentes en la calle Augusta. Y ahora éramos parte de eso. No simplemente con objetivos evangelísticos, sino que con un fuerte anhelo de que sepan que aún hay esperanza y la posibilidad de recomenzar, basados en el amor de Dios para todos quienes deseen esta oportunidad.

Agradezco a Dios por las personas que han abrazado este sueño; continúo creyendo que la presencia de esta iglesia allí aún es la correcta. No sé si ocurrirá algún tipo de revolución. Creo que eso no interesa realmente. Pero hay gente que quiere continuar fiel a la invitación que Dios les hizo: ser una comunidad capaz de amar.

Gracias Señor porque la última semana fuimos la respuesta de oración para algunas mujeres que deseaban simplemente una flor, para recordarles que aún son mujeres.