miércoles, octubre 13, 2010

Soy cristiano y no soy un subnormal...

Con todo el alboroto generado por la liberación de los mineros (del cual es responsable la agenda setting), he visto de todo tipo de comentarios en las redes sociales como Facebook o Twitter, por nombrar algunas.

Muchas personas están verdaderamente emocionadas, otras tantas se han emocionado (por cómo se manejan mediáticamente este tipo de cosas) y otras tantas más se han aburrido y hasta asqueado de tanta parafernalia y circo generado en torno a una de las noticias buenas más importantes de los últimos tiempos. Personalmente, la comparo con el rescate de los rugbistas en Los Andes, en el año 1972.

Antes de continuar escribiendo, no quiero que olviden que la situación de estos 33 obreros chilenos es provocada por la irresponsabilidad del empresariado y su codicia que, por abaratar costos, ponen en riesgo la vida de personas que no han corrido la misma suerte que ellos y no han tenido una mayor educación.

Bueno. Como decía, muchos comentarios a favor, en contra, algunos malintencionados, otros contrarios al circo que han sido muy acertados y otros que me han molestado y por eso estoy escribiendo. Y me refiero a los comentarios que no hacen otra cosa que denostar la fe de algunas personas, dentro de las cuales me incluyo.

Soy cristiano, creo en Jesús, en Dios, en el Espíritu Santo. Y cuando mis propios amigos hacen comentarios en contra de las personas que manifiestan su fe y agradecen a Dios por lo que nosotros consideramos un milagro, o se ríen abiertamente de la fe de cada uno de nosotros, creo que han pasado a llevar un valor fundamental de la amistad: el respeto. Porque ellos saben perfectamente que respeto sus posturas agnósticas, ateas o politeístas, pero hacer burla de la fe de las personas, lo considero una falta de respeto y una violación a la libertad de creer.

El artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos dice: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual o colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.” Así mismo, el artículo 19 dice: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.” Y les recuerdo, queridos amigos no cristianos, que yo les respeto y les seguiré respetando.

Pero me asaltan un par de preguntas cuando me vuelvo a plantear en mi postura de respetar vuestras creencias: Vuestra libertad de expresar que no creen en Dios, ¿les da derecho a burlarse de mi creencia?; ¿Es acaso la creencia de ustedes más importante o de verdad absoluta, que son capaces de denostar la fe que yo tengo? Porque cuando se mofan de los mineros con sus camisetas que hablan de Dios y Jesús, o de la utilización de una Biblia o de que muchos de nosotros consideremos esto como un milagro, también se están riendo de mi persona y eso, es una falta al respeto a mi persona.

Déjenme decirles que por tener fe, no significa que seamos una manga de subnormales. Creo que si me consideran un amigo es porque compartimos cierto nivel intelectual o ciertos gustos de algún tipo. Porque desde ya les comunico que no soy bufón de nadie, si es que eso he llegao a ser. Pero creo que no es el caso.

La fe también es una creencia lógica. De partida, según el filósofo Francis Schaeffer, la fe no es credulidad. Ser crédulo es ser ingenuo, completamente desprovisto de cualquier crítica, sin discernimiento, incluso irracional. Ustedes saben y me conocen que soy una persona crítica (y muchas veces muy crítico de la iglesia), que no actúo conforme al instinto animal (a pesar de que muchos me dicen que sí soy un animal) y que tampoco soy irracional, sino que por el contrario, analizo mucho cada cosa en mi vida. Por lo tanto, y en base a la praxis de una relación constante y permanente de amistad con un cristiano, es un error de vuestra parte suponer que fe y razón son incompatibles. La fe verdadera es esencialmente racional, porque se basa en el carácter y promesas de Dios; entonces el creyente en Cristo (o sea yo y muchos de los mineros y sus familias) es una persona que medita estas certezas. Y medita bastante.

Segundo, la fe no es optimismo. El optimismo es un sistema filosófico según el cual se admite que todo en el mundo está perfectamente ordenado para el bien del hombre. Es la propensión a ver y juzgar las cosas bajo el aspecto más favorable. Nosotros como cristianos creemos que este mundo está corrompido y que Dios nos dará un lugar realmente mejor. Nuestra tarea es luchar por la justicia, practicar la misericordia y buscar de corazón a Dios para poder hacer que la vida de los demás habitantes de este mundo puedan vivir mejor. El rescate de los mineros no es una sobredosis de optimismo, sino un regalo de la vida que, para nosotros, proviene de Dios. Pero la fe cristiana es bien diferente del “pensamiento positivo” que plantea el doctor Peale, por ejemplo, y de las “actitudes mentales positivas” de Stone. Fe no es optimismo. Fe es una confianza racional, una confianza que, en profunda reflexión y certeza, cuenta el hecho de que Dios es digno de todo crédito. Un cristiano no cierra sus ojos a los hechos, ni intenta crear su propia autoconfianza. No. Siempre reconocemos al Dios de la creación, el Dios que prometió ser nuestro Dios. Y los mineros, sus familias y muchos de nosotros lo hemos estado haciendo.

Nuestra fe se basa en analizar la vida, pensar en la naturaleza (en la Biblia se nos llama constantemente a observar nuestro entorno), poner a prueba lo que creemos… no somos subnormales idiotas.

Estimados: pido respeto. Así como yo les he respetado vuestras expresiones de agnosticismo, ateísmo o politeísmo, les pido que respeten a quienes creen en el mismo Jesucristo que yo creo y que, por creer, no me ha hecho ninguna lobotomía ni me ha transformado en un subnormal.

lunes, octubre 04, 2010

CICLO CINE-COLOQUIO "FE, DIOS Y EL SENTIDO DE LA VIDA"

Este ciclo de Cine-Coloquio "Fe, Dios y el sentido de la vida es un espacio para el diálogo abierto y desprejuiciado entre los que creen, los que no creen, los que quieren creer, los que prefieren dudar, pero por sobre todo para los que aman el cine.

El docente Claudio Quinteros, de la escuela de fotografía del Instituto Arcos (Fotógrafo, Licenciado en Estética por la PUC, egresado del Magíster en Educación de la UMCE, Magíster en Filosofía de la Universidad de Chile) junto al docente Jonathan Muñoz del Seminario Teológico Presbiteriano (Licenciado en Teología por el Seminario JMC de Sao Paulo, Brasil) nos invitan a una deliciosa degustación estética de cine y a un diálogo escandalosamente honesto en torno a una copa de vino, una taza de café o un vaso de cerveza.

Próxima fecha: 16 de octubre

Veremos: Dos cortometrajes de Abbas Kiarostami: "El Coro" y "La casa es negra"

Dónde: Café Utopía, Lastarria 105-A, 2º piso.

Cuánto cuesta: Pagas sólo tu consumo.

Invita: Iglesia UNO

Próximas fechas:
23 de octubre - "La Duda" de John Patrick Shanley (2008)
30 de octubre - "Juicio a Dios" de Andy DeEmmony (2008)