Y me detuve a pensar que, entre tanta cosa que llevo, puedo agradecer a Dios que vuelvo con las mismas cosas con las que llegué a Brasil. Le agradezco a Dios el que me haya permitido comprar sólo un par de poleras (de ministerios amigos), un pantalón corto, unas all star (que ya están para el olvido), y un disco duro externo (regalado)
Lo demás, es lo mismo con lo que llegué... y los bolsillos también. Y digo que doy gracias a Dios por volver a Chile exactamente igual a como salí, porque así nadie podrá difamar mi fe cuando dicen "la iglesia, la religión o Dios es sólo un negocio". Puedo dar fe de que no es así... y por eso agradezco a Dios.
Pero si la riqueza se midiera en cantidad de experiencias, problemas superados, formación de carácter, amistades y otras de ese estilo, me declaro un cerdo millonario gracias a mi fe.
Pero vuelvo, vuelvo con lo mismo que llegué.
Gracias Dios.
1 comentario:
Eres un cerdo!
y el mejor de todos amigo!
te amo mucho, Dios me llena de alegría a causa de tu vida!
=)
andamos en las mismas parece.
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