(Por J. Lee Grady - Leer original en inglés aquí)
Mi esposa y yo criamos cuatro hijas (sin escopetas en casa)
y tres de ellas ya se casaron. Amamos a nuestros yernos y es evidente que Dios
escogió “con pinzas” a cada uno de ellos para hacerlos calzar con los
temperamentos y personalidades de nuestras hijas.
Siempre he pensado que a Dios le gusta actuar como “casamentero”.
Si Él pudo hacer eso por mis hijas, Él puede hacerlo por ti.
Conozco muchas amigas solteras que les gustaría bastante
encontrar a la persona correcta. Algunas me dicen que las opciones son escasas
en sus iglesias. Entonces, se aventuran en el mundo de los encuentros online.
Otras desisten desesperanzadas, pensando si acaso queda algún cristiano decente
por ahí. Comienzan a cuestionarse si deberían bajar sus patrones para poder
encontrar pareja.
Mi consejo permanece: no te conformes con menos de lo mejor
de Dios. Muchas cristianas han terminado con un “Ismael” porque la impaciencia
las empujó a un casamiento infeliz. Por favor, acepta mi consejo paternal:
estás mejor soltera que con el hombre equivocado.
Hablando de “hombres equivocados”, aquí están los 10 tipos
de hombres que deberías evitar a la hora de pensar en matrimonio:
- El incrédulo. Por favor, escribe 2ª Corintios 6.14 en un post-it y pégalo en tu computador. El texto dice “No formen yunta con los incrédulos. ¿Qué tienen en común la justicia y la maldad? ¿O qué comunión puede tener la luz con la oscuridad?”. Esto no es una regla religiosa anticuada. Es palabra de Dios para ti hoy. No permitas que el encanto, el visual o el éxito financiero de un hombre (o la disposición de él de ir a la iglesia contigo) te lleve a comprometer lo que sabes que es correcto. El “noviazgo misionero” nunca es una estrategia sabia. Si el joven no es un cristiano regenerado, bórralo de tu lista. Él no es lo correcto para ti. Aún estoy buscando una mujer cristiana que no se haya arrepentido de casarse con un incrédulo.
- El mentiroso. Si descubres que el hombre con quien tienes una relación te ha mentido sobre su pasado, o que siempre está cubriendo sus rastros para esconder secretos de ti, huye por la salida más próxima. El casamiento debe ser construido sobre un fundamento de confianza. Si él no puede ser confiable, termina ahora antes que él te engañe con una decepción aún mayor.
- El playboy. Me gustaría poder decir que si encuentras un buen chico en la iglesia, puedes asumir que él vive en pureza sexual. Pero ese no es el caso hoy. He oído historias tenebrosas sobre solteros que sirven en el grupo de música del domingo, pero que actúan como Casanovas durante la semana. Si te casas con alguien que estaba durmiendo por ahí antes de casarse, ten la seguridad que estará durmiendo por ahí después de casarse.
- El perezoso. Hay muchos cristianos firmes que experimentaron el fracaso conyugal años atrás. Desde el divorcio que están experimentando la restauración del Espíritu Santo y, ahora, desean casarse nuevamente. Los segundos matrimonios pueden ser muy felices. Pero si descubres que el hombre con el que tienes una relación no se preocupa de sus hijos de un matrimonio anterior, una falla ha sido expuesta. Cualquier hombre que no pague por sus errores del pasado o no sustente a sus hijos de su casamiento anterior no te tratará con responsabilidad.
- El viciado. Los hombres de iglesia que tienen vicios con alcohol y drogas, saben esconder sus problemas (pero tú no quieres esperar hasta tu luna de miel para descubrir que él es un bebedor). Nunca te cases con un hombre que rechaza pedir ayuda por su vicio. Insiste en que él consiga ayuda profesional y apártate. No entres en una relación de dependencia en la que él afirma que te necesita para poder estar sobrio. No podrás ayudarlo.
- El vago. Tengo una amiga que percibió, sólo después de casarse, que su novio no tenía planes de conseguir un trabajo fijo. Él había elaborado una muy buena estrategia: él se quedaría en casa todo el día para jugar videojuegos, mientras su esposa trabajaba afanosamente y pagaba todas las cuentas. El apóstol Pablo dice a los tesalonicenses: “El que no quiera trabajar, que tampoco coma” (2ª Tesalonicenses 3.10). La misma regla se aplica aquí: si un hombre no quiere trabajar, no merece casarse contigo.
- El narcisista. Sinceramente espero que encuentres un chico bonito. Pero debes ser cuidadosa: si tu pareja gasta seis horas al día en el gimnasio y regularmente postea fotos de sus bíceps en Facebook, estás en un problema. No te enamores de un hombre egocéntrico. Él puede ser bonito, pero es un hombre que está enamorado por la apariencia y, por sus propias necesidades, jamás logrará amarte sacrificialmente, como Cristo ama a la iglesia (Efesios 5.25). El hombre que siempre se está mirando al espejo nunca te percibirá.
- El abusador. Hombres con tendencias abusivas no logran controlar su rabia cuando una situación se calienta. Si el joven con quien tienes una relación tiene la tendencia a perder los estribos, sea contigo o con otros, no te sientas tentada a racionalizar su comportamiento. Él tiene un problema y, si te casas, tendrás que navegar por un campo minado todos los días, evitando desencadenar otra explosión. Hombres irritados hieren mujeres (verbal y, a veces, físicamente). Busca un hombre que sea gentil.
- El hijito de mamá. Pueden decirme anticuado, pero sospecho de alguien de 35 años que aún vive con sus padres. Si su madre aún le hace la comida, le lava y plancha su ropa, ten plena seguridad de que está parado en el tiempo. Estás pidiendo problemas cuando crees que puedes ser esposa de un joven que no creció. Retrocede y, como amiga, anímalo a encontrar un mentor que pueda ayudarlo a madurar.
- El controlador. Algunos cristianos piensan que el casamiento se trata de superioridad masculina. Ellos pueden citar la Escritura y sonar súper espirituales, pero, por detrás de la fachada de autoridad, hay una profunda inseguridad y orgullo que se puede transformar en abuso espiritual. 1ª Pedro 3.7 manda a que los maridos traten a sus esposas como a su semejante. Si el hombre con quien tienes una relación te rebaja, hace comentarios degradantes sobre las mujeres o parece aplastar sus dones espirituales, retrocede ahora mismo. El poder le subió a la cabeza. Las mujeres que se casan con controladores religiosos, frecuentemente terminan en un pasillo de depresión.
Si eres una mujer de Dios, no vendas tu primogenitura
espiritual casándote con un joven que no te merece. La mejor decisión que
puedes tomar en la vida es esperar por un hombre que se entregó totalmente a
Jesús.