En junio de 2014, por este mismo medio, escribía desde la reflexión del pastor Mike Breen sobre la necesidad de conectarnos con lo que Dios estaba queriendo hacer en el barrio donde estás entrando para comenzar una nueva comunidad cristiana. Desde su libro "Launching Missional Community", Breen nos invitaba a hacernos dos preguntas fundamentales:
- ¿Para quién quieres ser una buena noticia?
- Para las personas del barrio donde estás entrando, ¿cuál sería una buena noticia?
Entendemos que la única buena y deseable noticia es el Evangelio; la maravillosa noticia de que Dios se ha acercado a un pecador como yo, perdonando mis crímenes en contra de su santidad, por medio de la obra perfecta de Jesucristo. Esa es la más importante y mejor noticia que jamás un pecador arrepentido pueda desear escuchar. Sin embargo, Dios nos da la posibilidad de anunciar esa buena noticia por diferentes medios que tienen que ver con ciertos aspectos sociales significativos para los habitantes del barrio, comuna, ciudad, región o país donde Él nos ha puesto. Como bien dice Breen, "Si Dios nos está enviando, ¿conocemos la estrategia de Dios para entrar en esa comunidad?"
Dos años y medio después, y luego de casi dos años de cultos dominicales públicos en el barrio Brasil, en el contexto de una Comunidad Misional de Iglesia UNO, siento que hemos encontrado una veta que nos puede adentrar en el tesoro de los perdidos en medio de este barrio del centro de Santiago.
Cuando con mi esposa Esther conocimos parte de la realidad del conglomerado barrios Brasil-Yungay el 2010, después del terremoto del 27 de febrero de ese año, nunca pensamos que iríamos a involucrarnos tan profundamente en él, no obstante era uno de los barrios que teníamos en mente cuando hicimos el curso de Plantación de Iglesias en Sao Paulo, Brasil.
Pero el verdadero desafío comenzó con caminatas de oración (instancia práctica donde buscamos "sentir el pulso" de la ciudad) durante el primer semestre del 2014, junto a un grupo de hermanos que querían ser parte de lo que Dios estaba haciendo. Ese anhelo, junto con la retroalimentación de las caminatas de oración, lo complementamos con el estudio "Vida centrada en el Evangelio" durante el segundo semestre del 2014. Fue en octubre de ese año que comenzamos con cultos mensuales en un pub del barrio Yungay.
Para
ello, el equipo pastoral determinó realizarlos en el formato de conferencia, cuyo tema
central fue “Cristianismo y Sociedad de Consumo”, asunto relevante para los vecinos. Estos cultos mensuales ocurrieron hasta marzo de 2015. Desde abril de 2015 funcionamos con un culto matutino cada domingo.
Pero eso era sólo una parte del plan. Para entender el resto del plan, les comparto algunos antecedentes con los cuales estamos trabajando: Los barrios
Brasil-Yungay son dos barrios contiguos del centro de Santiago, que
se unen socio-demográficamente, a pesar de las características individuales que
tienen ambos barrios.
En el caso del barrio Yungay, está situado en el poniente de la comuna de Santiago
(cuadrante comprendido por las calles Cumming al oriente, San Pablo al norte,
Matucana al poniente y Alameda al sur). El barrio Yungay es el barrio
planificado más antiguo de Chile, siendo establecido por el presidente José
Joaquín Prieto en 1839. Es un barrio donde históricamente convivieron clase media y alta, de un
alto nivel cultural y lugar de residencia de famosos personajes, como Ignacio Domeyko,
Nicomedes Guzmán y Mauricio Redolés; también fue lugar donde se albergaron la
Escuela Normal Superior (o Escuela de Preceptores) y la fábrica de textiles de
la familia Caffarena, por nombrar algunas. Desde su establecimiento, el barrio Yungay ha recibido
migrantes nacionales y extranjeros. Hoy, con aproximadamente 14.000 habitantes,
más de un 10% de su población son migrantes extranjeros, siendo la mayoría de
ellos peruanos y ecuatorianos. La mayor concentración etárea del barrio está
entre los 15 y los 50 años, con un alto crecimiento de niños menores de 10
años, potenciado fundamentalmente por los inmigrantes. En cuanto a sus
características religiosas: un 67% se declara católico; un 15% se declara
agnóstico, ateo o sin religión; un 8% se declara evangélico; un 7 % se declara
de otra religión; el 4% restante no responde. Existen 1 Salón del Reino de los
Testigos de Jehová, 2 templos adventistas, 6 templos católicos y 9 templos
evangélicos, entre pentecostales, bautistas y metodistas. Respecto de sus características
socio-económicas, se concentra mayoritariamente personas pertenecientes al GSE
C3, seguido por el C2, C1, D. Según el “Observatorio de
Monitoreo de la actividad económica del barrio Yungay”, el 93% están alfabetizados
(41% con Educación Media, 37% con Educación Superior y 7% con Educación
Básica).
En el caso del barrio Brasil, también está ubicado al poniente de la comuna de
Santiago (cuadrante comprendido por las calles Rodríguez al oriente, San Pablo
al norte, Cumming al poniente y Alameda al sur). Hay mucho menos información sobre este barrio. A
pesar de ello, sabemos que el barrio fue parte del loteo que da origen al
barrio Yungay en 1839. La diferencia fundamental es que, junto a los barrios
Dieciocho y República, fueron sectores de la clase alta chilena, desde mediados
del siglo XIX, lo que queda reflejado en su arquitectura neogótica y
neoclásica. Hasta inicios del siglo XX, el terreno de la actual Plaza Brasil
eran las dependencias de la embajada de dicho país, que luego se trasladaran a
la Alameda (esquina Rodríguez), a la salida del metro Los Héroes. Su población es mucho menor al barrio Yungay, tanto por
su menor tamaño, como por el tipo de uso del suelo (altamente comercial y educacional). En este barrio se concentran muchos
centros de estudio, tanto universidades, institutos profesionales, centros de
formación técnica, escuelas y colegios de enseñanza básica y media. También hay
una alta concentración de comercio, oficinas, restaurantes y pubs. La
concentración de templos también es menor, pero aumenta la cantidad de centros
de reflexión, meditación, yoga y otros. Sus características socio-económicas son
similares al barrio Yungay, salvo que aumenta en GSE C2, C2 y disminuye el GSE
D.
Principales oportunidades del contexto
Estos dos barrios tienen oportunidades misiológicas muy interesantes,
ya que tanto los proyectos inmobiliarios del barrio Brasil (y Yungay en menor
medida), como la alta migración hacia estos barrios, instalan la necesidad de
estar presentes como Iglesia, en nuestro caso una Iglesia Presbiteriana.
Y son sus vecinos los que hacen una lectura que nos presentan estos desafíos: Rosario Carvajal, vecina,
dirigente del barrio, y actual Concejal por Santiago, en el
contexto de un conversatorio sobre desarrollo de los barrios de Santiago
Centro, plantea que: “Para mantener estos barrios con su característica vida
barrial, es necesario llenar el barrio de familias”.
A su vez, y considerando que una característica
evidente en estos barrios (más marcada en el barrio Yungay) es que son barrios
comunitarios; o sea, los vecinos se organizan y realizan actividades
comunitarias, como la recuperación de espacios, persiguen comunitariamente
proyectos de mejoramiento en iluminación, ornato, aseo y otros. Todo lo que
surja del barrio y para el barrio es altamente valorado por los vecinos. Una
opinión importante aquí es la del dirigente vecinal Roberto Baltra Domeyko,
quien dijo: “Necesitamos más proyectos de desarrollo comercial de los vecinos
para beneficio del barrio”. Proyectos comunitarios son fundamentales.
El aspecto espiritual no queda de lado. En el contexto
del Seminario sobre los barrios Brasil-Yungay, una vecina de 82 años, la señora
Edelmira, ve distante a las iglesias del sector; incluso las católicas. Según
ella, no conocen las necesidades reales del barrio porque no son vecinos del
barrio. Añade que “no tenemos quién nos tire agua, arroz ni tierra”. Por otro
lado, la sensibilidad espiritual de quienes migran, es otra oportunidad de
desarrollo para una iglesia.
Necesidades detectadas
A diferencia de otros sectores de Santiago, todo lo
relacionado al arte y cultura está ampliamente cubierto. Cada semana hay
eventos de todo tipo de expresión cultural, de cuanta nacionalidad esté
representada. No hay ningún tipo de necesidad evidente en este aspecto.
Pero desde las conversaciones con vecinos de ambos
barrios, hay una necesidad espiritual que requiere ser cubierta. Como decíamos,
hay muchos centros de meditación, yoga, reiki, entre otros. Esta búsqueda es un
tema permanente.
Otra necesidad es la dificultad que tienen los
inmigrantes de conectar con los chilenos del sector. Eso se evidencia en la
existencia de lugares donde se concentran por nacionalidad. Asimismo hay
iglesias de peruanos, de haitianos, de colombianos, por mencionar algunos.
Una tercera necesidad detectada tiene que ver con espacios
para el desarrollo económico de los vecinos. Hay mucha gente haciendo
emprendimientos, pero poco espacio para dar a conocer estos mismos.
En estas tres necesidades planteadas, el aspecto
transversal a ellas es el carácter comunitario de los barrios en cuestión. Cada
una de estas necesidades, de buscar ser cubiertas, debe ser comunitariamente, o
en beneficio comunitario.
El proyecto
Desde la visión y misión de Iglesia UNO, junto al equipo con el que he podido desarrollar el acercamiento a este sector de Santiago, creemos que el trabajo debe considerar al menos dos aspectos: familia y trabajo.
En cuanto “familia”, y tomando en cuenta
que los mismos vecinos han manifestado la necesidad de “llenar el barrio de
familias”, necesitamos estar presentes con familias que reflejen el diseño
bíblico de la misma.
En cuanto a “trabajo”, la ética del trabajo
que tenemos como reformados también debe tener un espacio dentro del barrio,
sobre todo si se le da alta estima a los esfuerzos locales y comunitarios.
La justificación
teológica de esto es que entendemos que la
integralidad del ser humano ante los ojos de Dios nos llama a desarrollar la
misión integralmente: si nos preocupamos de providenciar un espacio para que
las personas conozcan el mensaje del Evangelio, esto debe incluir familia y
trabajo.
Nuestras estrategias de trabajo están fundamentadas
en un profundo compromiso con el evangelio y la palabra de Dios. Tal como hemos
dicho, debemos ser y actuar misionalmente, lo que incluye un estilo de vida
encarnacional, consistente con nuestra teología calvinista reformada. Por ello,
consideramos que debemos:
- Incentivar a más familias a vivir en el barrio,
involucrándose en las juntas de vecinos, en las directivas de los cursos de sus
hijos, usando los parques para momentos de ocio, celebración de cumpleaños y
actividades varias.
- Está íntimamente relacionado con lo anterior, ya que, como
el costo de vida es alto (en el ítem arriendo), necesitamos incentivar el
desarrollo de proyectos de emprendimiento en las familias de la iglesia, que
consideren a los vecinos.
- Una vez que tengamos una o más familias viviendo en el
barrio, establecer otra Nano-Iglesia, de preferencia en el barrio Yungay.
- Cuando el o los emprendimientos de nuestras familias se
estén dando a conocer, promover la creación de un “Bazar Colaborativo” donde,
desde estos emprendimientos, se invite a los vecinos a ser parte de este bazar, donde los
emprendedores puedan exhibir sus productos.
- Desarrollo de actividades de desarrollo económico como
ferias de emprendimiento.
Esta es la reflexión que nos llevó a realizar la "Primera Feria del Emprendimiento" de Iglesia UNO. Y para sorpresa de nosotros, a pesar de no lograr que los vecinos participen como expositores en esta primera versión, dos agrupaciones del barrio ya se nos acercaron para solicitar trabajar en conjunto una siguiente feria de emprendimiento, de cara a la celebración de la Navidad. Y esto nos llena de alegría, porque tenemos algo que antes no teníamos: la confianza de los vecinos que son líderes de opinión.
Por eso, seguiremos trabajando para que la buena noticia del Evangelio sea relevante para ellos, de la mano de las actividades que podemos encabezar como iglesia, siempre con el espíritu de servicio que ha caracterizado al pueblo de Cristo.
Lo bueno de este proyecto es que, cualquiera sea la persona que encabece esto, puede continuar el esfuerzo de los últimos tres años.