lunes, enero 10, 2011

Me cansé de los cansados

El siguiente texto no fue escrito por mí, pero bastante bien que pude haberlo hecho…

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¡Me cansé!

No aguanto más leer textos del tipo “la iglesia no paga”, “dejé la iglesia para ser cristiano”, “la religión es una porquería”, “después que abandoné la iglesia fue que entendí lo que es ser cristiano”, etcétera…

No. No hablo de aquellos que, al criticar la religiosidad (no la religión) y el institucionalismo (no la institución), nos desafían a, en comunidad, buscar la forma de “oxigenar” algo que parece estar llenándose de polvo y muriéndose lentamente.

Los que critican, pero permanecen DENTRO, luchando para que el monstruo pierda su viscosidad y el barro que ha hecho que la iglesia pierda su “primer amor” o el concepto de misión integral… ellos tienen todo mi respeto y admiración. Me sumo a ellos.

Pero me cansé de aquellos que hablan por hablar, que entran en la moda (sí, porque ahora es moda) de detonar a la institución por nada. Personas que no tienen compromiso con un grupo y que, por medio de este, quiere cambiar el triste cuadro en el que nos encontramos, no se merecen mi tiempo, que ya es escaso, para avalar sus ejercicios de “franco tiradores”.

Me cansé de aquellos que vociferan contra la “institución oficial” y crean institucioncillas paralelas, con la misma estructura, el mismo formato, el mismo tipo de liderazgo… ¡obvio! Si son formados por el mismo tipo de problema de la religión: las personas.

Me cansé de la apologética, que no es más que un tipo de humor absurdo, desprovisto muchas veces de compromiso con la Palabra, sin propuestas significativas para lo que se debe hacer “en lugar de”. A estos les cabe la misma crítica que hago al liberalismo teológico: destruyen sin tener nada para construir después. ¡Eso es iconoclastia y no crítica constructiva! Ellos nunca han sabido lo que es la apologética y se avergüenzan de aquellos que por siglos construyeron el cristianismo a costo de muchísimo estudio, cuidado y celo por el Señor.

¡Me cansé!

Me cansé porque, aún encontrando que la RELIGIOSIDAD es un cáncer en medio de la iglesia, entiendo a la religión como algo inherente al ser humano, que ya nace con esa “falta”, con ese deseo de “re-ligarse” a algo o alguna cosa. Eliminar la religión por causa de la religiosidad es como deshacernos de la política, como ciencia y realidad de un pueblo, motivados por políticos que hacen mal uso de algo que debería ser bueno.

Me cansé porque, aún considerando un absurdo y un abuso lo que muchos pastores hacen en relación con el dinero, literalmente chupando el sudor del trabajo de sus “fieles”, valiéndose de amenazas y maldiciones para quienes no les han entregado sus bienes, aún creo en la libertad y en la validez actual de los principios de sustento y manutención de la obra por medio de los diezmos y ofrendas, como fruto de gratitud y conciencia.

Me cansé porque, aunque no cierro los ojos a un sinnúmero de pastores patrañas y sus iglesias alienadas, aún creo que hay personas serias al frente de ministerios serios y que sí hay iglesias donde la institución está al servicio de la comunidad y no al contrario. Creo que aquí y allí, encontramos personas sinceras, honestas y que quieren realmente ser iglesia UNOS CON OTROS, porque entendieron que NO EXISTE IGLESIA SIN COMUNIDAD.

Me cansé porque, incluso conociendo las imperfecciones de la iglesia local, es justamente por eso que entiendo la Gracia manifiesta en medio de la comunidad, donde hay cambio de experiencias y el “soportar los unos a los otros”, donde el defecto del otro no es mayor que el mío (pero sí me enseña y me pone alerta), y JUNTOS, experimentando la Gracia que nos une, perdona y nos transforma día tras día en la nueva y diaria misericordia de Dios, tal como dice su Reino de justicia y amor, a pesar de nuestras imperfecciones.

¡Me cansé!

No respaldo a esos que dicen “quiero hacer diferencia donde me encuentre, en medio de la gente” pero agregan “por eso me salgo de la iglesia porque así consigo realizar lo que Cristo quiere”. ¡Eso no existe!

Repito: Sólo hay cristianismo (o “evangelio de Cristo” para los puristas) viviendo en comunidad, porque el mismo Dios rechaza la soledad. ¡Él mismo existe en comunidad por medio de su trinidad! Cuando decimos que podemos vivir la vida de Cristo de manera solitaria, ofendemos a Dios en la unidad de su diversidad trinitaria.

Me cansé, pero mis fuerzas se renuevan al oír personas como Paul Washer, Tim Keller, Mark Driscoll, Ed Rene Kivitz, Robinson Cavalcanti, Sandro Baggio*, Jonathan Muñoz*, entre otros, que, aún reconociendo la fragilidad (y cro que esa fragilidad es buena) y los defectos de la institución, la critican para cambiarla, colocándola en su debido lugar, como sierva de las personas que se reúnen y no como señora de sus deseos y caprichos.

Aquellos que critican por criticar, que “se cansaron”, pero están “descansando en su cansancio”, perdónenme, pero ¡me cansé de ustedes!

José Barbosa Junior (traducido y editado por Jano Molina)

Rio de Janeiro, 07 de julio de 2010

(*) Modificación del editor.

2 comentarios:

Nora Riquelme Díaz dijo...

En medio del cansancio que provoca el esfuerzo por ser iglesia, este escrito ayuda a descansar y anima a seguir. Gracias por la traducción y escritura.
A descansar ahora

Jano dijo...

Estamos juntos en ello Norita... estamos juntos.
Un abrazo.