¡Todo lo que necesitas está aquí! Una mesa repleta de CARNE para satisfacer todos tus deseos.
¡Vengan y comparen! Nadie les puede dar más por su dinero… Vean nuestras ofertas:
¿Padece de dolores inexplicables? ¡¡Levanta tu mano y ven aquí al frente!!
¿Te sientes triste sin motivo alguno? ¡¡Levanta tu mano y ven aquí al frente!!
¿Necesitas un trabajo? ¡¡SUPER OFERTA!! ¡Levanta tu mano ahí donde estás y listo!
¿Quieres encontrar al amor de tu vida? ¡¡Levanta tu mano y en 7 días lo tendrás!!
¿Tienes problemas financieros? ¡¡Levanta tu mano, ofrenda lo último que tienes y Dios te solucionará todo y hasta te sacará de DICOM!!
¿Quieres cambiar tu auto? ¡¡Levanta la mano y reclama a Dios lo que te pertenece!! Porque si no tienes auto, no tienes fe. Es más, el tamaño de tu auto es el tamaño de tu fe.
¿Quieres comprar tu casa? ¡¡Levanta la mano y exige a Dios el milagro!!
Exige, pide, reclama, declara, toma posesión, porque Dios dijo que el que pide, le será dado, en el nombre de Jesús. Él mismo se puso la soga al cuello cuando dijo “Todo lo que pidas en oración, creyendo, te será dado”, así que ahora tiene que cumplir con lo que dice. Por eso, ¡todo el mercado de Dios está abierto para satisfacer tus placeres, siempre pensando sólo en ti, porque esta unción es personal e intransferible.
VENGAN, COMPREN… los deseos de tu carne están en oferta esta semana y sólo por medio de este apóstol, profeta u obispo. Mientras más grande el título que tenga el predicador, ¡¡MAS OPORTUNIDADES TIENES DE GANAR LO QUE QUIERES!! Todos tus deseos serán atendidos porque eres linaje, hijo del dueño de todo, así que te mereces todo lo que desees. Para eso eres hijo de Dios, hijo del Rey y un príncipe tiene todo lo que desee.
VENGAN Y PIDAN. DIOS ESTÁ REGALANDO SIN PEDIR NADA A CAMBIO
…
Me disculpan, pero que espectáculo más denigrante para la persona de Jesús. Que evangelio más patético. Pero lamentablemente son muchos los que tienen un evangelio tipo “levanta tu mano y recibe”
Volvamos a las Sagradas Escrituras y reflexionemos con verdades como “Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones” (Santiago 4:3) o “He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí” (Gálatas 2:20)
Este evangelio anatema de conveniencias y placeres ya es parte de muchos. La cruz de Cristo pasó a ser un elemento de marketing por encima de un estilo de vida, bien diferente con lo que el mismo Jesús dijo: “El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí, y el que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá, y el que la pierda por mi causa, la encontrará” (Mateo 10:37-39)
El Evangelio de Jesús no es este de pedidos y deseos personales, sino que el de renuncia para formar en nosotros en carácter de Cristo, quien se dio por completo sólo por amor a los pecadores, para que tengan la oportunidad de ser salvos.
Ruego a Dios que cada día haya menos de mí.
En Cristo, junto a quien todos mis deseos y voluntad deben estar crucificados.
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