miércoles, julio 06, 2016

Ídolos...

“Si no adoramos a Dios, adoraremos cualquier cosa" [G.K. Chesterton]

Es interesante cómo el ser humano, por ateo que intente ser, no puede negar que su ser interior anhela adorar algo... aunque sea el conocimiento, la ciencia, la moral, la música, la estética, el poder, el dinero, un animal o a ellos mismos. Pero la necesidad de adorar algo está en nuestro ADN. Calvino lo explica muy bien con los conceptos sensus divinitatis y semen religionis.

Pero el tema es que el ser humano fue creado para adorar a Dios y, si no adoora a Dios, termina colocando a alguien o algo para que asuman el lugar de Dios. Y esa persona o cosa termina haciendo lo que todo ídolo hace: exige dependencia absoluta y sumisión distorcionada. Aún así, estas personas prefieren adorar y cumplir las demandas de un ídolo (que son muy exigentes y pesadas de llevar) en vez de glorificar al Eterno. ¿Por qué? Hace un par de días leí algo que responde a esta pregunta: 
Hay una cosa que odiamos: que nos digan qué hacer (Ley)
Pero hay otra que odiamos aún más: que nos digan q no somos capaces de hacerlo (Gracia) [Pr. Tullian]

Y las personas prefieren seguir siendo esclavos de ídolos a aceptar el yugo liviano de Dios... cosas absurdas que sólo un ser humano puede hacer.

Que tu energía sea dirigida a adorar a Dios. Que tu vida tenga un verdadero sentido de propósito para que alcances una vida de satisfacción verdadera.

"Es cierto, ellos conocieron a Dios pero no quisieron adorarlo como Dios ni darle gracias. En cambio, comenzaron a inventar ideas necias sobre Dios. Como resultado, la mente les quedó en oscuridad y confusión. Afirmaban ser sabios pero se convirtieron en completos necios. Y, en lugar de adorar al Dios inmortal y glorioso, rindieron culto a ídolos que ellos mismos se hicieron con forma de simples mortales, de aves, de animales de cuatro patas y de reptiles" (Romanos 1.23)

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